En medio de fricciones, la Asamblea de Chuquisaca sesiona para designar al gobernador interino para reemplazar a Condori

Opinión: Jaime Duran Mamani
La función de quienes dirigen un país, una institución, un departamento, una población, un gremio o una fraternidad cuando son elegidos es, sin retruécano ni cacofonía, la de gobernar. Y gobernar es, en su acepción griega clásica más antigua: kybernân, es la de pilotar una nave.
Coincido con Peralta, y con muchos, que desde 2020 no se ha gobernado realmente el país. Ha sido un gobierno al pairo, detenido a la espera del viento que lo empujara… Se acumularon problemas, reclamos, inflación, escaseces…se acabó el gas… no hay litio… y la mentalidad cerril que estaba en el Poder se ha esforzado en coartar a la última gallina de huevos de oro: la agroindustria, principalmente cruceña. Han sido casi cinco años desde que el silletazo en Betanzos marcó el inicio del quiebre dentro del MAS (hoy Menos) y nosotros, pueblo, nos hemos quedado… al pairo… viendo las peleas políticas, la justicia cada vez más corrupta; mayor desempleo, mayor miseria y mucha (mucha más) informalidad. Hoy, desde 2024 al menos, la clase media emergente de los años del boom —que la hubo, sí, fuera de raíz honrada o por corrupción— y la clase media anterior al MAS (no la clase rica, que siempre sobrevive a pesar de los avatares y las incorporaciones de origen non sanctus) cada vez se reducen más en la medida del quiebre avanza sobre la economía.
Y eso hablando de economía. De Estado monolítico ni chiste: pregunten a Zúñiga y su no-golpe (parodia de golpe), a los alcaldes inoperantes —de este lado geográfico y del otro—, a los jueces (léase “constitucionales” pero el descrédito abarca muchos más) que se atragantan cuando le preguntan de corrupción, prorroguismo y ausencia de trasparencia.
Y quejándonos andamos. De todos los males, la mayoría excesivamente reales: salud fatal, economía paupérrima, educación en regreso a prenónica, división social, racismo (al derecho y a la inversa)… entreguismo total al neomarxismo del socialismo 21 y sus padrinos podemitas, a los medievales ayatollahs y al pigmeo exKGB. La mayoría inmensa (si no todos) de esos males los hemos culpado al Gobierno (o des-Gobierno, como prefiera) pero pocos, en medio de esos ayes y críticas, obvian al culpable principal, al culpable de este des-Gobierno: nosotros mismos con nuestros votos (incluyo los no controlados, que con el mismo padrón y control masivo en el 2016 no pudieron robar el referéndum).
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